Óscar Rojas. Foto: Johan Manuel Morales |
Tomado del: El País. Cali-Colombia
Autor:
Luz Jenny Aguirre
Cuentan en la Alcaldía que a Óscar Rojas ahora lo llaman ‘el tío’.
Y es que durante los últimos dos años esa ha sido una palabra
clave en el día a día de este médico que ha dedicado buena parte de su vida al
servicio público. En sus manos está la coordinación del programa TÍOS, que
significa Territorios de Inclusión y Oportunidades. En la práctica, esta es una
estrategia para enfocar las inversiones del Municipio (de todo tipo) en ciertas
áreas de la ciudad, consideradas las más vulnerables. Una apuesta a la que le
tiene fe, aunque confiesa que se nota mucho menos que “las obras majestuosas de
concreto”.
En palabras sencillas, ¿qué hacen en los TÍOS?
Es una estrategia que busca intervenir en zonas de población vulnerable,
que son 11 comunas (1, 3, 6, 7, 13, 14, 15, 16, 18, 20 y 21), las más
pobres de la ciudad, con los índices de violencia más altos y a la vez en donde
se concentra la población con los indicadores sociales más críticos. Son 87
barrios. Estos sectores carecen de espacios de recreación, de zonas
verdes, y tiene deficiencias de infraestructura, entre otras cosas. Lo que se
hace es concentrar y articular las inversiones de la Administración en esas
zonas para hacerlas más eficientes. Tiene un componente muy importante, que es
la participación social y comunitaria. En muchas de estas áreas la gente no ha
participado nunca en procesos de desarrollo.
Siempre se habla de participación, pero por lo regular lo que se ve es
que invitan a la gente a reuniones y pare de contar...
Este es un programa que no se planea desde el escritorio de la Alcaldía.
Se hacen visitas a los barrios, recorridos, reuniones con los comités de
planificación, las Juntas Administradoras locales, las Juntas
Comunales, líderes comunales y deportivos. Escuchamos sus necesidades,
recorremos la zona y vamos haciendo una especie de mapeo o
georreferenciación para identificar los puntos centrales donde hay que
intervenir. El equipo que visita la comuna tiene médicos, arquitectos,
ingenieros. Esto se traduce en un presupuesto, algunas cosas ya están en el
Plan de Desarrollo, a otras hay que buscarles recursos.
¿Cómo garantizar que ese ejercicio no se convierta en un pago de favores
y en politiquería?
Frente a esto está un equipo eminentemente técnico. Nos encontramos con
muchas solicitudes de los líderes muy bien puestas y sustentadas, algunas que
tienen más de 20 años de historia, como el parque lineal de la 82 en Alfonso
López. Era una zona que hace años la comunidad pedía a gritos que fuera un
parque y que estaba invadida. Ahora será realidad con una inversión cercana a
los mil millones de pesos. La estrategia parte de una premisa y es que la
pobreza se expresa en los territorios, no es algo intangible y allí es donde
tienen que hacerse las intervenciones. Los recursos públicos tienen
que orientarse a atender esas necesidades, que son reales y que tiene que
atenderse a corto plazo.
¿Qué tipo de proyectos caben en los TÍOS?
Lo que se hace es concertar las inversiones de entidades como Educación,
Cultura, Deporte, Salud, Infraestructura, Gobierno. Hay programas de
convivencia, de capacitación y generación de empleo. También están los Centros
de Desarrollo Infantil, CDI, donde se puede dejar a los niños mientras los
padres van a trabajar. Encontramos 5 para 2000 niños menores de 5 años y vamos
a entregar 10 nuevos y dos rehabilitados, para 6600 niños. Como se ve, son
muchas las áreas sobre las que se causa efecto y no solo es construcción y cemento.
Hay un componente en capacitación en competencias laborales a través de
convenios con entidades con experiencia, como el Centro Don Bosco, el Cuerpo de
Bomberos o la Fundación Singer. Habilitamos aulas, escuelas, espacios de
recreación, centros culturales, iluminamos parques, se hacen bibliotecas. En
estos territorios se han invertido $98.000 millones de recursos propios, el 96
% se ejecutó en el 2014. Este año estamos haciendo adiciones por $18.000
millones y tenemos lista una por $23.000.
¿Cuáles son los efectos prácticos de focalizar las inversiones en estas
zonas?
El mejoramiento claro del entorno, con lo que no solo se
contribuye a la seguridad y la recreación sino a que las familias puedan
disfrutar de lo que la ciudad les ofrece. En general estamos hablando de
mejorar la calidad de vida de la gente. Lo otro es recuperar la confianza de
las comunidades de que la administración pública se pone a su servicio,
interpreta sus necesidades y da respuesta. Hay un tema que no he tocado y es la
seguridad alimentaria, estamos en el proceso de establecer 48 ollas
comunitarias en las comunas TÍOS, que atienden solicitudes insistentes de
las comunidades, algo que haremos en convenio con la Arquidiócesis de
Cali.
Dentro de los TÍOS tienen algo que se llaman los
Bankomunales, ¿de qué se trata?
Ya tenemos 20. Se hicieron por primera vez en Venezuela, con Salomón
Raydán (emprendedor social). Son bancos que se hacen con recursos propios
de las comunidades, se reúnen grupos de 15 a 20 personas, establecen un reglamento
para los créditos, compran acciones de hasta $10.000, depositan en una cajilla
de seguridad y eligen un tesorero. Aquí les pueden prestar entre $100.000 y
$500.000 de acuerdo con el número de acciones que tengan. No necesitan ir al
sistema bancario ni al gota a gota. La idea es que tengamos 40 más funcionado
este semestre. En diciembre hicimos una reunión y encontramos que estos bancos
habían prestado $300 millones.
¿La gente cumple?
Tienen una tasa de incumplimiento por debajo del sistema bancario.
Para que en realidad se sienta el impacto de una estrategia como
esta no puede ser pensada al corto plazo. Sin embargo, arrancaron en
firme en el 2014 y ya les queda poco tiempo de gobierno. ¿Cómo garantizar que
este no sea un esfuerzo que se pierda?
Nos quedan seis meses en los que tenemos que acelerar la ejecución. Yo
me propongo hablar con los diferentes candidatos, esta es una iniciativa que ha
contado con el apoyo de la Fundación Ford, que llega hasta marzo del año
entrante, o sea que vamos a tener sobre posición con la próxima administración.
Es decirles que ellos valoren lo que se ha hecho por lo que se ha hecho, no
porque sea algo de la administración Guerrero, que se valore por lo que
representa para las comunidades.
En los TÍOS se está poniendo el grueso de la inversión con
recursos propios del Municipio, sin embargo, muchos dicen que esto no se
ve ¿Por qué cree que hay esta percepción?
Diría que porque no son obras ostentosas, lo que se hace socialmente
grande no resuena como las obras de concreto y cemento majestuosas, pero sí
tienen unas implicaciones grandes en las comunidades. Se recupera la confianza,
se hace tejido social, porque lo que se construye se hace con la
comunidad, se mantiene, se preserva y se valora.
Desde otras comunas se quejan, reclamando porque la
inversión social se concentra en unos sectores...
Es muy difícil que la gente entienda que en la democracia, cuando
decimos que todos somos iguales frente a la ley y ante el Estado hay unos
que son menos iguales porque no tienen oportunidades, porque no tienen acceso a
bienes y servicios que el Estado debe proveer para todos. Yo creo que poner la
mira en la población vulnerable es lo que tiene que hacer un gobierno
democrático que se considere sensible a las necesidades de sus ciudadanos. Eso
es lo que hemos hecho, sin descuidar los otros frentes de desarrollo de la
ciudad.
¿Qué tanto se siente la mano de la empresa privada en estas
intervenciones en zonas vulnerables?
Hemos logrado que uno de los Centros de Desarrollo Infantil se haga con
la Fundación del Club Campestre, en Altos de Santa Elena, se va a
entregar en diciembre. La Fundación Fanalca está a punto de iniciar un parque
que se va a construir frente al Tecnocentro Somos Pacífico, que fue otro modelo
de alianza público-privada, una obra de $10.000 millones donde el sector
privado aportó el 40 %. El sector privado no es ajeno a estos
desarrollos. Quisiéramos verlos más comprometidos.
Voces críticas dicen que lo que hacen los TÍOS son un poco de ‘obritas
atomizadas’...
No. Aquí no se trabaja con escopeta de regadera, se trabaja con las
comunidades, con el Plan de Desarrollo y con una visión muy profesional y
técnica de las intervenciones. Visitamos las comunidades y palpamos sus
necesidades para estudiarlas a la luz del Plan de Desarrollo y volvemos
ofreciendo soluciones muy concretas.
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