Por: Salomón Raydán |
Si
bien la escasez es un tema central en la vida del venezolano, este artículo no
va dirigido especialmente a entender la escasez de productos y servicios en
nuestro país, aunque naturalmente los lectores podrán sacar sus propias
conclusiones.
Debo
aclarar también, que no comparto la idea de que la escasez que atraviesa el
país, responde a una estrategia intencional. Tal perversidad me resulta difícil
imaginar que provenga de un plan preconcebido.
Muchas
de las ideas que expreso en este artículo son sacadas de un extraordinario
libro titulado: “Escases. Porqué tener
tan poco significa tanto” (Scarcity Why Having Too Little means so much) de
los profesores de la Universidad de Harvard y Princenton, Sendhil Mullainathan
y Eldgar Shafer.
La
escasez en el marco de este artículo, no solo se refiere a la falta de
alimentos o medicinas, sino que también puede referirse a la falta de tiempo,
de amistades, de relaciones, etc. En
este sentido detrás de toda escasez hay una lógica común que opera como telón
de fondo a todas ellas.
Esa
lógica común es que la escasez centra nuestra atención sólo sobre los elementos
que la satisface. No sabemos, ni escogemos hacia dónde se mueve nuestra mente
cuando hay escasez, por lo tanto, la escasez reduce nuestras habilidades
mentales. Dicho de otra manera, la escasez nos genera una visión de túnel,
centrada en encontrar los elementos que pueden satisfacer la escasez y reduce nuestra
capacidad de pensar adecuadamente.
A
través de un gran número de experimentos científicos, los autores demuestran sistemáticamente,
cómo la escasez centra nuestra atención solo en algunos elementos y reduce
nuestras capacidades cognitivas. Es decir, nos centran tanto en la solución del
elemento que escasea, que nuestras funciones y capacidades mentales se reducen considerablemente.
La gente cuando está presionada por la escasez,
actúa menos inteligentemente. Pero esta limitación tiene poco que ver con la
capacidad intrínseca de la persona, sino más bien a la visión de túnel que lo
lleva a actuar con menor control de sus capacidades cognitivas.
El
tema no es sólo entonces de carencia de recursos económicos, sino de cómo esos
recursos son utilizados. Bajo la visión de túnel, la capacidad de discernir se
limita y por lo tanto es natural que se tomen decisiones erróneas. Según los
experimentos llevados adelante por estos profesores, en “los tiempos de mayor
escasez, es cuando el individuo muestra menor inteligencia”
En
este sentido podemos explicar muchos de las dificultades de superar la pobreza
en relación a la incapacidad probada de utilizar adecuadamente sus habilidades
mentales. Pero naturalmente esto no es algo intrínseco a la persona, sino a la
necesidad de centrar la atención en la resolución de la escasez de dinero por
ejemplo. Los pobres no tienen menos capacidad mental, simplemente la escasez
mantiene su mente ocupada. No se es descuidado o lerdo, se está preocupado y en
este sentido, la escasez nos deja mentalmente incapacitados.
Una
de las recomendaciones expuestas para poder superar la trampa de la pobreza, es
generar mecanismos que contribuyan para que la gente logre salir de la visión
de túnel y generen lo que los autores llaman “ancho de banda”. Se trata de crear
mecanismo que actúen como amortiguadores, para evitar que la gente se concentre
en la solución de la escasez.
Ahora
bien, tal y como he dicho en muchas oportunidades, la pobreza no la define tan
solo la falta de ingresos económicos, sino la irregularidad de los mismos. La
gente no es pobre solo porque le falta dinero, sino porque el dinero entra de
manera irregular. En este sentido una de las mejores maneras de generar “amortiguadores”,
es logrando que la gente ahorre. El ahorro es un amortiguador de mucha calidad,
que permite crear la tranquilidad mental (ancho de banda) para que podamos
utilizar nuestras facultades mentales de mejor manera y se tomen decisiones más
adecuadas.
Por
ello, contrario a lo que profesan muchas
personas, he repetido que el micro crédito como aliviador de la pobreza, ha
sido un gran error histórico. Los esfuerzos los debimos concentrar en buscar
mecanismos para estimular el ahorro como elemento generador de
“amortiguadores”.
Igualmente
debemos procurar generar otros amortiguadores. De allí la necesidad de dar
mayor impulso al tema del micro seguro o de fomentar los instrumentos como el
“seguro de paro”, que permita a la gente tener ingresos (amortiguar) aún en los
momentos de pérdida del empleo.
La
escasez no es un fenómeno simple. Sus consecuencias son terribles para la
población y el desarrollo de la sociedad. En escasez simplemente las sociedades
les cuesta avanzar, porque sus ciudadanos están concentrado en la solución de
los problemas elementales y esto limita sus capacidades mentales. En escasez la
gente es simplemente menos inteligente.
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