Por: E.R.R
La
mujer ha tenido históricamente
desventajas en igualdad de oportunidades. Pero lo interesante es que a pesar de
este hecho, es importante señalar que en
el sector crediticio, particularmente en el de las Microfinanzas, desde sus
comienzos la mujer ha tenido una muy marcada representación e incluso podríamos
señalar, que ha sido el factor decisivo en la participación y por consiguiente, en el
desarrollo de las instituciones dedicadas a esta actividad, donde muchas veces los pequeños créditos otorgados
son para actividades que empiezan siendo
negocios familiares sencillos y luego progresan significativamente.
En “la otra Microfinanza” impulsada por FUNDEFIR
a través de los Bankomunales, con una metodología innovadora en
el mundo de los microcréditos, donde los “pobres nos solo son financiables sino
no, que son autofinanciables” como lo afirma su creador Salomón Raydán, la
mujer ha contribuido significativamente en esta
iniciativa, la cual ha
cristalizado en diez estados de Venezuela y aplicada con éxito en 14 países de
4 continentes.
En la obra
“El precio de un sueño” de David Bornstein, afirma: “Actualmente, gracias a una
red que tiene más de 1.050 sucursales, el banco da créditos a más de dos
millones de clientes, el 94
por ciento son mujeres“, refiriéndose a los Grameen Bank, lo cual es
razonable si se toma en cuenta que estos en sus comienzos, como lo afirma el
mismo David Bornstein, eran
instituciones de participación casi exclusiva de mujeres, además se les exigía
a estas, dar palabra de enviar a los hijos a la escuela, y
alimentarlos tres veces al día,
para poder ser favorecidas de microcréditos. Estas cifras, pueden ser
perfectamente extrapoladas en gran
medida, tomando en cuenta que no existe ningún tipo de restricción de género en
cuanto a la participación accionaria en la Bankomunal, la presencia de la mujer
siempre ha sido mayoritaria en Venezuela, aproximadamente un 73% y sobre todo decisiva en la administración,
además la mayor parte de los créditos son destinados a la población femenina, como
columna fundamental de la familia. Esta condición, como también el hecho de la
responsabilidad que históricamente ha
demostrado en el cumplimiento de las deudas adquiridas, convierte a la mujer,
en la persona de imprescindible valor en la Bankomunales, esta coyuntura le ha
permitido, además de desarrollar económicamente y socialmente a su familia y
adquirir educación financiera como parte de su desarrollo personal.
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