24 nov 2014

El Microcrédito. Sus origenes

Los pequeños emprensarios
La historia del microcrédito moderno comienza en los años 70 con cuatro entidades: en 1970 Bank Dagang en Bali (Indonesia), en 1971 Opportunity Internacional en Colombia, en 1973 ACCION International en Brasil, y en 1976
Grameen Bank en Bangladesh. Si bien el concepto de créditos cooperativos a bajo o nulo interés enfocados en fomentar la independencia económica y la cooperación recíproca no es algo nuevo en la economía política, el concepto del microcrédito nació como propuesta del catedrático de economía Dr. Muhammad Yunus, quien comenzó su lucha contra la pobreza en 1974 durante la hambruna que padeció la población de su tierra natal, Bangladesh, uno de los países más pobres del planeta. Yunus descubrió que cada pequeño préstamo podía producir un cambio sustancial en las posibilidades de alguien sin otros recursos para sobrevivir. El primer préstamo que dio fueron 27 dólares de su propio bolsillo para una mujer que hacía muebles de bambú, de cuya venta los beneficios repercutieron en sí misma y en su familia.

Sin embargo, los bancos tradicionales no estaban interesados en hacer este tipo de préstamos, porque consideraban que había un alto riesgo de no conseguir la devolución del dinero prestado. En 1976, Yunus fundó el Banco Grameen para hacer préstamos a los más necesitados en Bangladesh. Desde entonces, el Banco Grameen ha distribuido más de tres mil millones de dólares en préstamos a 2,4 millones de prestatarios. Para asegurarse la devolución de los préstamos, el banco usa un sistema de "grupos de solidaridad"; pequeños grupos informales que solicitan préstamos en conjunto y cuyos miembros actúan para garantizar la devolución del préstamo y se apoyan los unos a los otros en el esfuerzo de mejorar económicamente. Según el proyecto ha ido creciendo, el Banco Grameen ha desarrollado otros sistemas alternativos de crédito para servir a los necesitados. Además de los microcréditos, ofrece préstamos para la vivienda, así como financiación para proyectos de riego, textiles, pesca y otras actividades.
A mediado de los 70, los primeros organismos que comenzaron a dar o a organizar microcréditos fueron ONGs. A principio de los 80 estos organismos comenzaron a ver frutos de este proceso, muchos de ellos comenzaron a darse cuenta que este esfuerzo podría ser sostenible porque la recuperación de cartera (deudas) era casi perfecta. A partir de que estas organizaciones encuentran el punto de equilibrio (suficientes microcréditos para pagar los costos fijos) hay un crecimiento rápido de estos programas. A principios de los años noventa, al evidenciarse una disminución en el flujo de donaciones y recursos subvencionados, algunas instituciones financieras optaron por constituir bancos o sociedad es financieras formales y reguladas prudencialmente por las superintendencias de bancos de sus países. Algunas ya lo han efectuado y muchas otras se encuentran en proceso de hacerlo. Los bancos involucrados en el proceso se dieron cuenta que era un negocio rentable y comenzaron a desarrollar mecanismos para servir este mercado. En 1996, la Corporación Andina de Fomento (CAF) decidió apoyar a la identificación, fortalecimiento y consolidación de estas instituciones financieras que trabajan contribuyendo al desarrollo de la microempresa.
Existe hoy, en Venezuela, donde obligatoriamente por Ley, la banca privada y pública debe destinar al otorgamiento de microcréditos el equivante al tres por ciento (3%) de la cartera crediticia al cierre del ejercicio semestral anterior a  y la tasa de interés a cobrar es fijada por el Banco Central de Venezuela y van dirigidos estos créditos a pequeños empresarios que no tengan mas de 10 empleados o generen ventas anuales hasta por la cantidad de 9000 UT.
A finales de los 90 en nuestro país nace, impulsadas por Fundefir, una alternativa diferente de microcrédito a través de los llamados Bankomunales, los cuales funcionan con recursos aportados exclusivamente por los mismos Socios. Estos recursos son manejados por una Junta Directiva y una Junta Administradora rotativa, constituidas y elegidas por los mismos Socios. Los dineros aportados son utilizados para otorgar créditos a los mismos asociados. A medida que los créditos se van pagando y que el capital aumenta por la venta de nuevas acciones, se van dando nuevos créditos, que a su vez se van pagando y van generando nuevas ganancias, lo cual permite dar otra vez nuevos créditos y así sucesivamente, esta innovadora metodología se ha nominado la otra Microfinanza y ha sido exportada a 14 países en 4 continentes.
 

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