23 may 2015

La otra lógica de la Micro Finanza


Salomón Raydán

Después de haber transcurrido casi 40 años que se inicio el sistema de  micro finanza y del proceso de bancarización, como modelo de inclusión financiera para los sectores excluidos, se ha evidenciado que aun cerca del 75% de todas las transacciones financieras de la población de bajos recursos, ocurren dentro de la Informalidad. Un estudio reciente hecho por la CAF sobre inclusión financiera en 4 países de América Latina, muestra que el porcentaje de personas que usan la banca, es similar a aquellos que usan mecanismos informales asociativos y muy menor a los que usan mecanismos informales en general.
Estos números tan solo bastaría para que los Estados y sus mecanismos reguladores del sistema financiero, hagan una revisión sobre la manera en que se ha criminalizado la informalidad financiera y encuentre nuevas maneras de enfrentarla. Insisto en que de nada sirve continuar en esa posición de agrupar todos los mecanismos informales dentro de la misma visión negativa y de ilegalidad, en vez de estudiarla y analizarla con mentalidad más abierta, para tratar de entenderla y mejorarla.

Los Bankomunales en este sentido reconocen esa informalidad, pero en vez de criminalizarla, pretenden mejorarla para que pueda ser utilizada adecuadamente por los sectores populares. Se trata de una nueva manera de facilitar los servicios financieros hacia los menos favorecidos, utilizando los tradicionales mecanismos informales asociativos y complementar de esta manera los esfuerzos hechos por la microfinanza tradicional y la banca formal en su empeño por alcanzar los sectores con menor posibilidad de acceder a servicios financieros de calidad.
FUNDEFIR  a través de la sus Bankomunales, ha  mostrado que algunos de los paradigmas sobre la cual se han estructurado de la bancarización y la Microfinanza tradicional, son erróneos. El primero de ellos es creer que los pobres no poseen capacidad de ahorro y que por lo tanto la única manera de apoyarlos es aportando capitales para crédito. La verdad del asunto y así ha quedado demostrado en varios estudios, es que aun personas muy pobres, en algunos momentos, tienen accedentes que pueden ser utilizados como fuente de financiamiento
El otro paradigma equivocado es creer que la necesidad primordial del pobre es el acceso a crédito, cuando en realidad su necesidad mayor está en encontrar mecanismos adecuados y eficientes de captar ahorros. El ahorro, más que el crédito, es lo que permitirá a la gente acumular capitales significativos como para salir de la pobreza. Naturalmente que el crédito es también muy importante, pero la industria parece haberse centrado en el micro crédito (por ser más rentable) que en ahorro.
Como el problema se ha centrado en la rentabilidad y en el desarrollo de la industria del micro crédito, surgió otro paradigma igualmente equivocado: “Solo se deben financiar actividades productivas”, pues solo así se garantiza el repago del crédito. La gran mayoría de la gente tiene necesidades de acceder a capital para necesidades muy inmediatas, tales como el pago de medicinas, la compra de alimentos, la adquisición de gas, leña, etc. Entendemos que un modelo centrado en la rentabilidad de instituciones externas y que no son eficientes captando recursos de la propia gente, indudablemente no podrían financiarse estas actividades por los riesgos que ellas representan, pero si pensamos en un modelo basado en la captación de fondos de la misma gente y que esos fondos sean utilizados localmente como fuente de financiamiento, entonces si podríamos pensar en financiar las miles de necesidades que tiene la gente más allá de las necesidades mico empresariales.
La lógica hasta ahora ha sido: “la gente pobre no tiene ingresos, por lo tanto no debemos hacer esfuerzos por desarrollar mecanismos idóneos de captación de esos ingresos”, pero esa línea de pensamiento igualmente nos lleva a creer que la única manera de apoyar esa población es mediante el crédito y como el crédito debe ser repagado, entonces concluimos que solo se pueden financiar actividades productivas o generadoras de ingresos
Otra lógica de pensamiento es recocer que los pobres tienen ingresos, aunque sean muy temporales y que por lo tanto vale la pena desarrollar mecanismos adecuados para captarlos. Si adicionalmente vemos que esos fondos captados pueden ser utilizados para el financiamiento, aunque sea de montos pequeños y a plazos cortos, entre los miembros de la misma comunidad, podemos concluir que cambiando de modelo, se pueden financiar muchas de las pequeñas necesidades que la gente requiere. El repago de esos créditos, no se hace necesariamente con el producto de una actividad productiva, sino que puede ser el esfuerzo de ahorros programados y sostenidos en el tiempo
“La Otra Microfinanza”, acaba con viejos paradigmas sobre los cuales la sociedad ha basado su estrategia para llevar servicios financieros a los más excluidos y en ella se agrupan una serie de metodologías fundadas en el auto financiamiento y que defiende una nueva visión sobre las microfinanzas y sobre la manera de atender las necesidades financieras de los más pobres.

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