El dinero
es sin duda una de las complejidades más importantes de la modernidad. Para
muchos terapeutas modernos el estudio de la relación de sus pacientes con el
dinero, es un elemento tan clave para analizar patologías, como lo fue el
estudio de los sueños para Freud. Buena parte de mi trabajo de los últimos 18
años ha sido el asesoramiento a pequeños empresarios para que puedan crear,
sostener y hacer crecer sus negocios. Miles de personas al igual que yo trabajan
sobre ese tema y hay cientos que se dedican a dar este tipo de asesoría. Pese a
todo este esfuerzo, las estadísticas siguen siendo terribles. La cifra de
pequeños empresarios que fracasan entre el primer año y el quinto de haber
iniciado su pequeña empresa, prácticamente no se ha movido en más de 4 décadas.
Aquellas teorías iníciales que hacían creer que con enseñar gerencia,
administración, mercadeo y contabilidad, tendríamos mejores pequeños
empresarios, tiemblan ante la crudeza de esas cifras.
Einstein decía que loco era aquel que haciendo lo mismo, esperaba obtener
resultados diferentes. Si no queremos pecar de locos debemos plantearnos el
asunto de otro modo, a ver si con una mirada diferente, podemos llegar a dar
respuestas que definitivamente mejoren esos números.
En los
últimos meses me ha tocado ir a un importante número de Bankomunales que hacía
muchos años no visitaba. Nosotros de manera intencional dejamos de frecuentar
personalmente a muchos de estos grupos, no solo por un tema de ahorro de costos,
sino de ver hasta qué punto las personas que los integraban, en equipo eran
verdaderamente capaces de auto sostenerse. Al principio fue muy difícil y las
críticas se hicieron sentir, no solo desde los propios socios de los
Bankomunales, sino también dentro de nuestros aliados y empleados que
confundieron ese “destete” con un abandono y una traición a los mencionados
grupos.
Lo primero
que salta a la vista después de tantos años, es la impresionante mejora que la
gente ha tenido en los aspectos materiales de su vida. He visto muchas personas
que definitivamente están económicamente mucho mejor que hace 12 años. No tengo
duda que el tener acceso a un servicio financiero de forma permanente, ha
contribuido sustancialmente a esta mejora, pero percibo que eso por sí solo no
explica semejante salto. Las razones parecen ser algo más complejas.
El
economista y amigo José Luis Colmenares, hizo una investigación, que terminó publicando el CENDES, sobre uno de
nuestros Bankomunales más viejos, donde de manera muy intuitiva remarcó que, si
algo fundamental había detectado era un “cambio en la manera en que muchos de
los socios de ese Bankomunal, se relacionaban con el dinero”.
Detectar
esa sutil y casi inconsciente forma en que la gente se relaciona con el dinero,
pasó a ser un punto obsesivo dentro de mis análisis y observaciones de los
grupos de pequeños empresarios que constantemente visito. Lo que luce central
para mí ahora, es que en esa sutil relación, es donde yace la clave para variar
ese historial de cifras lamentables.
Hace poco en una charla que di a un grupo de pequeños empresarios, invitado por un importante banco del país, logré explicar de forma más o menos ordenada algunos de los puntos que caracterizan esa relación con el dinero y de los patrones que hemos comenzado a perfilar a la hora de medir las posibilidades reales de éxito que pueden tener esos empresarios. La cara de muchos de ellos al escucharme hablar de emociones y complejos como fuerzas favorables o desfavorables a la actividad empresarial, en vez de mercados, planes de negocios y contabilidad, fue realmente agradable.
Hace poco en una charla que di a un grupo de pequeños empresarios, invitado por un importante banco del país, logré explicar de forma más o menos ordenada algunos de los puntos que caracterizan esa relación con el dinero y de los patrones que hemos comenzado a perfilar a la hora de medir las posibilidades reales de éxito que pueden tener esos empresarios. La cara de muchos de ellos al escucharme hablar de emociones y complejos como fuerzas favorables o desfavorables a la actividad empresarial, en vez de mercados, planes de negocios y contabilidad, fue realmente agradable.
Esos
patrones, modelos o pautas aún son muy oscuros y seguramente pasará tiempo y
trabajo, antes de poder obtener un producto metodológico que de forma directa
los pueda detectar y manejar para dar mayores oportunidades de éxito a los
pequeños empresarios. Pero lo que sí es evidente a esta altura del juego, es
que optimizar la ejecutoria de los empresarios, sean grandes, medianos o
pequeños, pasará por mejorar la forma en que esos emprendedores se relacionan
con el dinero. Esto implicará profundizar en algo que toca espacios que rompen
los viejos esquemas de asesoría empresarial.
Fomentar
el emprendimiento económico pasa porque profundicemos en esa complejidad del
dinero y su efecto en el desempeño de esos empresarios y sus empresas.
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