La
actividad de la banca en la época pre-capitalista se manifestó primeramente en
todos aquellos zonas donde había en circulación gran variedad de clases de
dinero.
La extensión
de los primeros estados griegos e italianos dio importancia al dinero después que comenzó a usarse como
unidad de cambio, ya que existía en circulación una diversidad de clases de
dinero y estas eran las operaciones realizadas por los cambistas.
En la
antigüedad y principalmente en Grecia, encontramos como negocio bancario típico
la aceptación de órdenes de pago y como medio de pago a distancia, la carta de crédito
a favor del viajero, además, otros medios de pago, que si no se parecen a la
moderna letra de cambio, recuerdan al cheque actual. Otro de los fines más
antiguos de los bancos fue la custodia del dinero (operación de depósito).
Los
templos antiguos en Babilonia, Egipto, Grecia y Roma funcionaron al principio
como caja de depósito. Esta era su primordial misión como bancos, en cuanto a
cajas de depósitos de los templos eran bienes sagrados y quien ponía la mano
sobre ellos cometía un sacrilegio. Más luego el templo que era el lugar oficial
de custodia del dinero empezó a otorgar prestamos particulares y empréstitos
públicos.
Sin
embargo, los bancos de la antigüedad, solo excepcionalmente eran empresas
privadas. Estos tenían que sufrir una ruda competencia por parte de los templos
y de los bancos del estado.
Los bancos
de depósito rara vez se vieron en la Europa Medieval antes del siglo XIII.
Bancos de esta especie habían habido ya en Roma, pero no hay pruebas de la
supuesta continuidad entre dichos bancos y los primitivos medievales.
Los
primeros tipos de bancos en la edad media fueron los comerciales, que hicieron
su aparición en el año 1155, se dedicaron principalmente al tráfico, pero
aceptaban también depósitos. No hay prueba sin embargo de que abrieron cuentas
corrientes. (Tal vez en Francia e Inglaterra ciertos señores mantenían cuentas
corrientes).
En el
siglo XIII las ciudades septentrionales de Italia, como Siena y Florencia,
llegaron seguramente a construirse centros bancarios rudimentarios y los
banqueros, cambistas y prestamistas de esta parte de Italia lograron suplantar
parcialmente a los cambistas judíos.
Con el
transcurso del tiempo los cambistas desempeñaron otras funciones bancarias,
aceptando depósitos y prestando tanto su propio dinero como los fondos
confiados a su guarda. Los cambistas medievales fueron confundidos a menudo con
los banqueros primitivos, pero los términos significan algo diferente. En tanto
que las tasas de cambio pudieron transformarse en los primeros bancos.
El negocio
de la banca tuvo su origen propiamente en la edad media y para comienzos del
siglo XVIII existían ya importantes instituciones bancarias en todas las
grandes capitales de los países de Europa, tales como Inglaterra, Alemania,
Francia, Holanda, Dinamarca, etc. La nacionalización de la banca se debió a razones
fiscales.
Las
operaciones de cambio se habían convertido en una actividad muy lucrativa y
además por razones políticas se consideraba ventajoso controlar el mayor número
posibles de depósitos particulares.
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